Durante el 2024, Colombia se posiciona como el segundo país con más festivos en la región, solo superado por Venezuela, con un total de 18 feriados nacionales. Estos días festivos, que incluyen conmemoraciones religiosas y celebraciones patrias, son esperados por los colombianos para disfrutar de momentos de descanso y reunión con familiares y amigos.

Sin embargo, paradójicamente, a pesar de la abundancia de feriados, Colombia también registra una de las mayores cifras de horas trabajadas en el año, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En promedio, los colombianos trabajaron 2.405 horas en el año 2022, una cifra notablemente superior a la de otros países de la región como México y Chile.

Esta disparidad entre el alto número de festivos y las extensas jornadas laborales se atribuye a dos factores principales: la alta informalidad laboral y la baja productividad. En Colombia, la informalidad laboral es una realidad significativa, con un elevado porcentaje de trabajadores independientes que laboran en condiciones precarias. Muchas personas, especialmente aquellas que trabajan en el sector informal, se ven obligadas a trabajar largas horas para asegurar un ingreso suficiente para sus familias.

Además, los festivos en Colombia también tienen un impacto en la productividad laboral. Aunque son días de descanso y celebración, en muchos casos, se compensan con una mayor carga de trabajo en los días restantes de la semana. Esta dinámica puede generar desafíos para la eficiencia y competitividad del mercado laboral colombiano, ya que los trabajadores se ven obligados a realizar esfuerzos adicionales para cumplir con sus responsabilidades laborales.

A pesar de los esfuerzos por aumentar la productividad y mejorar las condiciones laborales, el fenómeno de las largas jornadas laborales persiste en Colombia. La compleja interacción entre la informalidad laboral, la cultura laboral arraigada y la organización del tiempo de trabajo en el país plantea desafíos significativos para encontrar un equilibrio entre el trabajo y el descanso.

En este contexto, se destaca la importancia de implementar políticas que promuevan la formalización del empleo, mejoren las condiciones laborales y fomenten una cultura de trabajo equilibrada. Estas medidas son fundamentales para garantizar el bienestar y la calidad de vida de los trabajadores colombianos, así como para impulsar el desarrollo económico y social del país en su conjunto.