El acto de contar ovejas como método para conciliar el sueño es una práctica tan antigua como misteriosa. Aunque muchos lo han intentado, pocos conocen su verdadera efectividad. Desde tiempos medievales hasta la literatura clásica, la idea ha persistido, pero ¿realmente funciona?

La sugerencia de contar ovejas para vencer el insomnio se ha transmitido a través de generaciones. Sin embargo, su origen exacto sigue siendo un enigma. Se dice que los pastores medievales, privados de compañía humana durante largos períodos, utilizaban este método para conciliar el sueño. Aunque carecemos de evidencia concreta de esta práctica, la historia se ha arraigado en nuestra cultura.

A lo largo de los siglos, la técnica ha evolucionado en diferentes formas. Desde la narración de cuentos medievales hasta la obra maestra de Cervantes, “Don Quijote”, donde Sancho Panza sugiere contar cabras en lugar de ovejas, el concepto ha perdurado en la literatura.

A pesar de su popularidad, la efectividad de contar ovejas para dormir sigue siendo cuestionable. Un estudio de 2002 sobre el insomnio no buscaba evaluar esta técnica específica, sino el uso de imágenes para distraer la mente. Sin embargo, dos participantes del estudio informaron haber contado ovejas como método para conciliar el sueño, lo que generó interés en esta práctica.

La profesora de psicología Allison Harvey, autora principal del estudio, aclara que la investigación no respalda específicamente el contar ovejas como una solución efectiva para el insomnio. En cambio, sugiere diversas estrategias respaldadas por la ciencia para promover el sueño.

La visualización de entornos relajantes, la práctica de la gratitud y la resolución de problemas son algunas de las técnicas recomendadas por Harvey. Estas actividades ayudan a distraer la mente y reducir la rumiación, un factor clave en el insomnio.

Entonces, ¿es el contar ovejas una estrategia efectiva para conciliar el sueño? La ciencia sugiere que otras técnicas pueden ser más útiles. Sin embargo, la práctica persiste como un símbolo cultural de la lucha contra el insomnio. En última instancia, encontrar el método adecuado para cada persona es fundamental para garantizar una noche de sueño reparador.