Un día sin mucho para celebrar

Por: Elizabeth Montoya

8 marzo, 2024

En el Día Internacional de la Mujer, Colombia se enfrenta a una realidad preocupante: sigue siendo un lugar peligroso y hostil para las mujeres. A pesar de los esfuerzos realizados, las autoridades no han logrado frenar la violencia de género, los feminicidios y la desigualdad estructural que enfrentan las colombianas.

Las cifras son alarmantes y desgarradoras: según Feminicidios Colombia, en 2023 se registraron 525 casos de feminicidios, y en lo que va de 2024, ya se acercan a las cuatro decenas. Además, los índices de violencia intrafamiliar siguen en aumento sin que se vislumbre una respuesta contundente por parte del Estado.

Son las propias cifras las que no hacen más que cuestionar la efectividad de las medidas adoptadas por el gobierno de Gustavo Petro y el Ministerio de la Igualdad, encabezado por Francia Márquez, pues, incluso en situaciones en las que las mujeres han denunciado y contaban con medidas de protección, los agresores lograron cometer los crímenes. De allí quede totalmente cuestionada la efectividad del Estado para garantizar los derechos fundamentales de las mujeres, subrayando la necesidad de acciones concretas y la participación activa de todos los sectores de la sociedad en la lucha contra la violencia de género.

Ante la preocupante situación que viven las mujeres colombianas, lejos de celebrar el Día Internacional de la Mujer, las calles de Colombia se tiñen hoy de indignación y reclamo, para protestar por el aumento de los feminicidios, la violencia intrafamiliar, la impunidad en casos de violencia de género, la falta de políticas públicas eficientes y los obstáculos para acceder, más que al derecho al aborto, a una salud sexual y reproductiva digna.

A pesar de los avances logrados, persisten profundas deudas con las mujeres y niñas del país, quienes continúan enfrentando una cruda realidad de violencia, desigualdad y falta de oportunidades, la indignación se extiende más allá de la violencia física, abarcando también la desigualdad económica.

Esto amerita no solo un reconocimiento honesto de las fallas del Estado, sino de la sociedad en general para abordar las desigualdades estructurales e iniciar una verdadera protección de los derechos de las mujeres. Es así que se hace necesario que todos los actores se involucren en conversaciones sobre las causas de la violencia y los obstáculos que enfrentan las mujeres en Colombia, convirtiendo la protesta en un llamado urgente a la acción para abordar la problemática de género en el país.

Más allá de los discursos y promesas, se requieren acciones concreta de todas las instituciones y sectores de la sociedad colombiana para enfrentar esta problemática y que el Día Internacional de la Mujer en Colombia no sea una celebración más, sino que, volviendo a las raíces de esta conmemoración, sea la razón para la protesta justa, el reconocimiento de las fallas del Estado y la sociedad en la protección de los derechos de las mujeres y la erradicación del machismo, real origen de la violencia de género en nuestro país.