Nuevos detalles salen a la luz sobre el caso del soldado Alexander Orozco Zambrano, responsable del asesinato de tres compañeros del Ejército Nacional en una base militar de Putumayo antes de ser abatido. Fuentes militares revelaron que Orozco fue contactado por disidencias de las FARC a través de redes sociales.

De acuerdo con la inteligencia militar, aceptó la solicitud de amistad de una mujer, quien lo convenció por redes de traicionar al Ejército, ofreciéndole dinero a cambio de huir con el armamento dotacional para unirse a las disidencias. Las conversaciones indicaban que tenía la misión de convencer a más compañeros para unirse al plan criminal de las disidencias de las FARC.

El 27 de febrero, Orozco, de 19 años, disparó contra el capitán Juan Pablo Herrera, el sargento Carlos Rojas y el soldado Yoandris Mejía en el Batallón de Selva No. 49 en La Tagua, Putumayo. Después del ataque, intentó escapar del país hacia Ecuador con el fusil de dotación, pero fue capturado horas más tarde tras un cruce de disparos con las autoridades, donde resultó muerto.

Mientras tanto, tres soldados más fueron detenidos como presuntos infiltrados, aunque sus identidades no se han revelado. Se desconoce si los otros soldados detenidos fueron contactados por la misma persona o directamente por Orozco, el proceso de investigación está en curso.

Sin embargo, la familia de Orozco lo defienden y aseguran que no era un guerrillero, sino un joven trabajador. “¿Cómo van a decir que mi hermano es de grupos armados? Toda la vereda lo vio crecer, él estudió y trabajó ahí”, declaró su hermana.

Además de negar su vinculación con grupos armados, los familiares alegan que algo adicional está detrás de su muerte, pues, afirman que en los videos difundidos en redes sociales se muestra que Orozco no estaba armado en el momento de su captura, sugiriendo que su muerte podría ser un asesinato. La Fiscalía General de la Nación ya anunció que investiga las circunstancias de su fallecimiento.

La Defensoría del Pueblo investiga también la captura de un indígena que presenció los hechos, señalando que pudo ser una “retaliación” contra la población por denunciar un supuesto abuso policial contra Orozco.