El Tribunal Antidopaje de Italia ha impuesto una suspensión de cuatro años al centrocampista francés Paul Pogba, actualmente parte de la Juventus de Turín, por dar positivo en el control de dopaje realizado después de un partido en agosto, donde figuró como suplente.

El positivo por testosterona, que llevó al tribunal a tomar esta drástica decisión, fue anunciado en septiembre pasado. Pogba, campeón mundial con Francia, ha optado por no admitir culpabilidad y ha decidido apelar ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo en Suiza.

La situación surgió cuando Pogba regresó a la Juventus en 2022, después de su paso por el Manchester United. Sin embargo, su regreso estuvo marcado por lesiones y una participación limitada en la Serie A. La noticia del dopaje impactó al futbolista, quien expresó su tristeza y shock, negando cualquier consumo consciente de sustancias prohibidas.

El proceso de apelación podría extenderse hasta un año antes de que se emita un veredicto definitivo. Esta suspensión plantea serias dudas sobre el futuro de Pogba, conocido por su versatilidad y su destacada carrera en clubes de élite. Su contribución a la selección francesa también queda en entredicho, ya que enfrenta las consecuencias de esta sanción inesperada.