Suspenden licencia a taxista que estafó a un cliente en Cartagena
Por: Maria José Salcedo
23 febrero, 2024
El Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte (DATT) de Cartagena suspendió por 6 meses la licencia de conducción al taxista Euclides Correa, quien se hizo viral por pretender cobrarle $100.000 a unos turistas por una carrera que no supera los $10.000 en la ciudad.
El conductor fue grabado cuando intentó aplicar la exorbitante tarifa por un trayecto entre el Muelle de la Bodeguita y el Centro Histórico, hecho que desató indignación en redes sociales.
Tras una citación del DATT, Correa asistió junto al representante legal de la empresa de taxis y fue informado de las consecuencias legales por alterar las tarifas permitidas al no existir taxímetros en Cartagena.
Se le impuso un comparendo por no portar la tarjeta de control y se abrió investigación administrativa a la compañía por modificación de los cobros reglamentarios. Además, al tener antecedentes de otras infracciones, se aplicó la suspensión de licencia.
Desde el DATT advierten que seguirán vigilando a todas las empresas y conductores para que no se presenten estos abusos. “No es el único caso y se les invita a cobrar tarifas justas”, dijo Janeth Barraza, directora del organismo.
Por su parte, en declaraciones a medios locales, el taxista pidió perdón por lo sucedido y les solicitó mesura a sus colegas. “Le pido a la mancha amarilla que bajemos dos, porque no soy el único. Los invito a manejar tarifas moderadas y a portarnos bien”, expresó Correa.
Pese a que alega no ser el único que incurre en excesos, su actuar desafortunado terminó por costarle la inhabilidad temporal para trabajar, dado que no es la primera vez que incurre en faltas al reglamento de transporte público.
Desde que el episodio se hizo viral en redes sociales, la Alcaldía, el gremio de taxistas y el Gobierno se pronunciaron rechazando tajantemente este abuso que perjudica la imagen turística de Cartagena.
Si bien el conductor afrontará seis meses sin poder laborar en el taxi, las autoridades confían en que este castigo ejemplarizante evite que otros incurran en lo mismo, en especial con visitantes nacionales y extranjeros.
Se espera mayor control en una ciudad donde el turismo representa su mayor fuente económica y no se puede percibir al viajero como una caja registradora, sino brindarle un servicio de calidad acorde a las políticas de atención al cliente.