“Si la información sobre la muerte de Navalni es cierta, y no tengo razón para dudarlo, por supuesto, las autoridades rusas van a contar su propia historia. Pero no se equivoquen, Putin es responsable”, afirmó Biden, describiendo a Navalni como “una voz poderosa en defensa de la verdad” y destacando que su fallecimiento es una prueba más de la brutalidad de Putin.
Ante la pregunta de si considera la muerte del opositor ruso como un “asesinato”, Biden respondió: “No sabemos exactamente qué ha pasado, pero no hay duda de que la muerte de Navalni es consecuencia de algo que hicieron Putin y sus matones”. El presidente estadounidense manifestó su intención de estudiar diferentes opciones para castigar al Kremlin, sin especificar si se impondrán más sanciones sobre la economía rusa.
Cabe destacar que Biden ya había advertido en 2021, después de reunirse con Putin en Ginebra, que habría “consecuencias devastadoras” para Rusia si Navalni moría en prisión.
Navalni, de 47 años, falleció en la prisión del Ártico después de sentirse mal tras dar un paseo. A pesar de los intentos de reanimación por parte de los servicios médicos durante más de media hora, perdió la vida. El líder opositor había sobrevivido a un intento de envenenamiento en 2020 con el agente químico Novichok y había protagonizado una huelga de hambre en 2021, perdiendo considerable peso.
La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, condenó la muerte de Navalni durante un discurso en la Conferencia de Seguridad de Múnich, afirmando que su pérdida es una indicación de la brutalidad de Putin y sostuvo que Rusia es responsable. La comunidad internacional ha condenado la muerte, y líderes occidentales responsabilizan directamente al Kremlin, mientras que Rusia considera “inadmisibles” tales declaraciones.
El Gobierno de Biden había exigido previamente la liberación de Navalni desde su arresto a principios de 2021, y la noticia de su fallecimiento ha intensificado las tensiones entre Estados Unidos y Rusia en un contexto de fuertes críticas a la gestión de derechos humanos por parte del Kremlin.