Este martes 23 de enero de 2024, el Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago anunció un nuevo ajuste en las manecillas del Reloj del Juicio Final, conocido también como el Reloj del Fin del Mundo. Este reloj, creado por el artista Martyl Langsdorf, simboliza las amenazas globales que enfrenta la humanidad, ajustando su minutero para marcar un nuevo conteo regresivo hacia la “medianoche”, que representa el apocalipsis.

El último ajuste tuvo lugar en enero de 2023, cuando las manecillas se ubicaron a 90 segundos de la medianoche. En esa ocasión, se destacaron preocupaciones sobre la guerra en Ucrania, el cambio climático y las tecnologías divergentes, como la IA, que podrían desencadenar una guerra de información cibernética.

Los científicos del Boletín identificaron nuevamente una serie de amenazas globales que influyeron en la decisión de ajustar el Reloj del Fin del Mundo en 2024. La guerra en Ucrania, la crisis climática y el avance de la inteligencia artificial generativa son elementos que siguen creando sombras amenazadoras sobre el futuro del planeta.

La IA generativa es vista como una potencial fuente de desinformación y corrupción del entorno informativo global, planteando riesgos adicionales para la estabilidad mundial.

Por segundo año consecutivo, el Reloj del Fin del Mundo se mantiene a 90 segundos de la medianoche, indicando que la situación global no ha mejorado significativamente. La presidenta y directora ejecutiva del Boletín, Rachel Bronson, enfatizó la urgencia de la acción por parte de gobiernos y comunidades en todo el mundo.

Bronson destacó la importancia de que las generaciones más jóvenes lideren iniciativas para abordar estas amenazas globales. A pesar del ajuste del reloj, se enfatizó que la esperanza y la inspiración provienen de los esfuerzos de las nuevas generaciones.

El gobernador Jerry Brown, presidente ejecutivo del Boletín, advirtió que los líderes actuales están conduciendo al mundo hacia la catástrofe y llamó a los gobiernos a asumir sus responsabilidades y dialogar sobre las amenazas globales.

La guerra nuclear sigue siendo una de las mayores preocupaciones, y se instó a las principales potencias, como Estados Unidos, China y Rusia, a iniciar un diálogo serio y a tomar medidas para evitar las consecuencias devastadoras de un conflicto nuclear. Los científicos enfatizaron la necesidad de que las potencias mundiales actúen con claridad, valentía y sin demora para sacar al mundo del borde de la catástrofe.