Petro advierte a Ecuador que expulsión de presos no es un trámite sencillo
Por: Maria José Salcedo
17 enero, 2024
En el marco del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, el presidente colombiano, Gustavo Petro, sostuvo una conversación con la canciller de Ecuador, Gabriela Sommerfeld, para abordar la crisis carcelaria en el vecino país. Esta situación pone en riesgo la liberación de 1.489 presos colombianos que podrían quedar en libertad en la frontera.
Durante la reunión, Petro destacó la conciencia de Ecuador sobre la complejidad del proceso y la necesidad de respetar las condiciones jurídicas de cada país. Se discutió la posibilidad de establecer una cooperación judicial para abordar esta problemática que afecta a ambos países.
Según el ministro de Justicia de Colombia, Néstor Osuna, al regresar a Colombia, aquellos presos que tengan deudas pendientes con la justicia colombiana deberán ser capturados. En cambio, aquellos que no tengan deudas podrán reanudar sus vidas en libertad en Colombia. La gestión de esta situación requiere un abordaje cuidadoso y coordinado entre ambas naciones.
Sin embargo, el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, ha expresado que la ley respalda la decisión de dejar a los presos en la frontera. Insiste en la necesidad de tomar una decisión urgente al respecto. Ecuador cuenta con 36 cárceles que tienen una capacidad total para albergar a casi 30.200 personas. Un censo penitenciario realizado en 2022 reveló que había 31.300 presos, de los cuales 3.200 eran extranjeros.
¿Cuáles son las razones de la crisis carcelaria en Ecuador?
Las cárceles de Ecuador se han convertido en escenarios de caos y terror, gestando un infierno marcado por bandas criminales, lujos opulentos, y una violencia desbordante que se ha extendido a las calles del país. La reciente fuga de Adolfo Macías, alias Fito, jefe de la temida banda narco Los Choneros, ha puesto de manifiesto la precaria situación del sistema penitenciario ecuatoriano, donde las luchas entre las diferentes facciones han dejado más de 460 reclusos muertos desde 2021.
La crisis carcelaria tiene cuatro ejes:
Alianza entre reclusos y algunos policías
El frágil control del sistema penitenciario se ve afectado por una preocupante alianza entre reclusos y algunos policías. El intercambio de información por privilegios dentro de las cárceles ha quebrado códigos de la mafia, generando rivalidades y agrietando aún más la seguridad en estos centros.
Corrupción arraigada
La corrupción, tanto dentro como fuera de las cárceles, ha debilitado el sistema carcelario ecuatoriano. La alianza entre el narcotráfico y sectores corruptos de la policía ha permitido la proliferación de lujos inimaginables dentro de las prisiones, desde suites hasta discotecas y piscinas.
Cuestión de supervivencia
Ingresar a una cárcel ecuatoriana se ha convertido casi en una sentencia de muerte. La lentitud de la justicia, sumada al hacinamiento y las condiciones inhumanas, ha llevado a que muchos reclusos se vean obligados a unirse a bandas criminales para sobrevivir. La violencia entre estas facciones, marcada por masacres y rivalidades, es una triste realidad.
Cárceles militarizadas
La respuesta del gobierno frente a la embestida del narcotráfico ha sido la militarización de las cárceles y áreas vulnerables. El presidente Daniel Noboa ha declarado el “conflicto armado interno” y desplegado miles de militares para combatir las organizaciones criminales. Sin embargo, esta estrategia ha sido criticada por generar más violencia y afectar a la ciudadanía común.