Esta tarde, dio inicio la esperada reunión entre los enviados del Fondo Monetario Internacional (FMI) y funcionarios del gobierno argentino. El objetivo principal de este encuentro es negociar las condiciones necesarias para revitalizar el acuerdo de facilidades extendidas, actualmente en un estado precario debido a incumplimientos por parte de Argentina.

En representación del Gobierno argentino, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, se sentaron a la mesa de negociación con los enviados del FMI, Luis Cubeddu y Ashvin Ahuja. Estas conversaciones son la culminación de diversos encuentros que los equipos técnicos mantuvieron desde el viernes y durante el fin de semana.

El propósito central de esta iniciativa gubernamental es destrabar los fondos pendientes que el FMI debía enviar a Argentina, ascendiendo a la suma de US$3.500 millones, programados para su envío entre fines de 2023 y comienzos de 2024.

En declaraciones, el vocero del Ministerio de Economía, Manuel Adorni, confirmó que el gobierno argentino no busca solicitar “fondos frescos”. En lugar de ello, la intención es desbloquear los fondos contemplados en el acuerdo previo con el FMI.

Adorni también aclaró que no se está contemplando la posibilidad de un nuevo programa financiero. La estrategia se centra en reflotar el programa existente que, hasta ahora, ha experimentado dificultades, ya que la creación de un nuevo programa implicaría pasar por el Congreso.

En el marco de estas negociaciones, Argentina y el FMI exploran la séptima revisión del acuerdo, una etapa que podría resultar en un desembolso de aproximadamente US$3.300 millones. Esta cifra se compone de US$2.300 millones correspondientes a noviembre y US$1.000 millones que se adelantarían del giro previsto para marzo de 2024.

La esencia de estas discusiones radica en el objetivo compartido de reflotar el acuerdo, el cual está vinculado a la refinanciación del préstamo de US$45.000 millones que Argentina adquirió con el organismo multilateral de crédito.