¿Por qué Uruguay no celebra la Navidad?
Por: Maria José Salcedo
20 diciembre, 2023
En el panorama festivo de América del Sur, Uruguay se destaca como una excepción al no celebrar la Navidad, una decisión que encuentra su razón de ser en un capítulo fundamental de la historia del país.
En 1917, Uruguay formalizó una separación trascendental: la desconexión con la religión católica en su Constitución Política. Este quiebre no fue simplemente simbólico; marcó el inicio de un camino en el que Uruguay optó por desligarse de las festividades tradicionales asociadas con la religión.
Esta medida, pionera en su tiempo, tuvo sus raíces en un proceso que se gestó décadas antes. En 1861, Uruguay inició la búsqueda activa de separar la religión católica del estado, una iniciativa que se materializó plenamente en la ya mencionada fecha de 1917. Este cambio constitucional no solo implicó una alteración en la relación entre el gobierno y la Iglesia, sino que también llevó consigo la transformación del calendario festivo uruguayo.
La Navidad, junto con otras festividades arraigadas en la tradición católica como Semana Santa y el Día de Reyes, fue reemplazada por días feriados que reflejaran de manera más fiel la riqueza y diversidad de la cultura uruguaya. Este enfoque singular hacia las celebraciones revela la firme convicción de Uruguay de forjar su propia identidad independiente de influencias religiosas específicas.
Es relevante subrayar que, a pesar de esta decisión gubernamental, la ley uruguaya no prohíbe a las familias celebrar la Navidad de manera privada si así lo desean. Esta libertad individual para decidir cómo conmemorar las festividades refleja el respeto a la diversidad de creencias en el país.
La separación entre la iglesia y el estado en Uruguay trasciende el ámbito de las festividades navideñas. En un país donde la autonomía individual es fundamental, otras prácticas religiosas, como los matrimonios, deben seguir un protocolo específico: realizarse primero por lo civil antes de cualquier ceremonia religiosa.