Juan Carlos Sibauste Aguilella, el empresario panameño-estadounidense brutalmente asesinado en su finca durante una fiesta en Santa Bárbara, era un hombre de 58 años nacido en Panamá y con nacionalidad estadounidense, quien hace tres meses decidió establecerse en Colombia con el objetivo de montar un spa y posteriormente inaugurar un hotel en la localidad de Santa Bárbara, al suroeste de Antioquia.

Su llegada generó expectativas positivas entre la comunidad, que veía en sus iniciativas una oportunidad para el crecimiento económico y la generación de empleo en la zona.

Antes de su trágico final, Juan Carlos había vivido en Miami, Estados Unidos, donde se destacó como un exitoso empresario. Su decisión de mudarse a Colombia reflejaba su interés por explorar nuevas oportunidades y contribuir al progreso de la región.

El 8 de diciembre, Sibauste organizó una fiesta en su lujosa casa tipo hacienda, donde compartió momentos con varios invitados. Sin embargo, la celebración tomó un giro fatal cuando, según las autoridades, algunos de los presentes, presuntamente vinculados a una banda criminal de Medellín, perpetraron el violento asesinato.

Entre los detalles más impactantes del crimen se encuentra el intento de los criminales por burlar la seguridad biométrica de la finca. Así, después de torturar a Sibauste y propinarle heridas mortales hasta en 10 ocasiones con arma blanca, al hombre le amputaron sus dedos, utilizados para acceder y salir del inmueble. Este macabro detalle ha dejado a la comunidad local estremecida, y las autoridades están trabajando incansablemente para entender el contexto que rodea este horrendo suceso.

Las autoridades manejan la posibilidad de que el crimen esté vinculado a un intento de hurto. Los agresores, tras torturar a Sibauste, se llevaron una moto de alta gama y electrodomésticos de la finca. Sin embargo, otra teoría apunta a conexiones con el tráfico de estupefacientes.