Un acto de violencia conmocionó a los habitantes de la localidad ucraniana de Kerch, en la región de Transcarpatia, cuando el concejal Sergui Bratin hizo estallar varias granadas dentro de la sede del ayuntamiento y dejó un saldo de 26 heridos, 6 de ellos de gravedad.

La Policía Nacional de Ucrania calificó el hecho como un “posible atentado terrorista” y difundió videos donde se observa el momento exacto de las detonaciones mientras hay personal de la municipalidad y ciudadanos en el interior del edificio público.

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Las autoridades le pasaron el caso al Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) mientras investigan si Bratin, electo como edil por el oficialista partido Servidor del Pueblo -del presidente Volodimir Zelenski-, padecía algún trastorno psiquiátrico o qué motivos tuvo para accionar armamento de guerra en un sitio lleno de gente.

Según trascendidos, el hombre estaría descontento por la falta de acción de las autoridades locales ante denuncias que él presentó sobre supuestas irregularidades, aunque no hay una versión oficial todavía.

De momento, el imputado que inicialmente había sido dado por muerto para luego señalar que había respondido a la reanimación, también enfrentará cargos penales por el uso ilegal de armas y explosivos de alto poder en el marco de un violento incidente que sembró pánico colectivo en plena guerra con Rusia.

Más allá de la conmoción y el susto, el lamentable hecho deja un saldo de 26 trabajadores municipales y civiles lesionados por la metralla de las granadas que hizo estallar el concejal Bratin en el interior del ayuntamiento de Kerch.