Comer alimentos recalentados es muy común en la dieta del colombiano. Para muchos es una delicia, pues aseguran que la comida sabe mejor cuando es de una día para otro, mientras que hay platos como el popular arroz atollado en los que se requiere que el carbohidrato sea cocido previamente y si es del día antes mejor.

No obstante, existen riesgos de comer alimentos, justamente como el arroz o la pasta, 24 horas después de su cocción.

Mario Sánchez, reconocido especialista en nutrición y seguridad alimentaria, reveló detalles cruciales en el programa “Saber Vivir” de Televisión Española (TVE), destacando los peligros que acechan estos alimentos comunes y aparentemente inofensivos.

Sánchez explica que, pasadas las primeras 24 horas de cocción, la bacteria Bacillus cereus se multiplica en estos alimentos, contaminándolos y liberando toxinas resistentes a las temperaturas de cocinado.

Contrariamente a la creencia popular de que un simple recalentado elimina los riesgos, el experto enfatiza que “aunque cocinemos, no destruimos la bacteria ni la toxina”. Este hecho subraya la importancia de comprender los riesgos asociados al consumo prolongado de arroz y pasta, ya que, a largo plazo, puede derivar en problemas de salud significativos.

Beatriz Robles, experta en tecnología de los alimentos, añade un componente esencial: “El buen sabor no es un indicativo confiable de que el producto esté en buen estado. El arroz y la pasta no deben consumirse si llevan más de 1 día cocinados. Da igual que sepan bien, tienen riesgos”.

En resumen, la recomendación unánime de los expertos es evitar el consumo de arroz y pasta después de las primeras 24 horas de cocción. Esta precaución busca resguardar la salud y bienestar, recordando que la percepción del sabor no es suficiente para garantizar la calidad y seguridad de estos alimentos en el plato.

¿Cómo afecta esta bacteria el organismo humano?

Bacillus cereus es una bacteria, productora de esporas, que puede contaminar los alimentos y que en sus consumidores produce dos tipos de intoxicaciones alimentarias: la forma diarreica y la forma entérica.

La forma diarreica es producida por una toxina termolábil que ocasiona diarrea y dolor abdominal. Entre otros alimentos puede encontrarse en algunos derivados cárnicos, sopas deshidratadas, especias y salsas vegetales. La forma emética, consecuencia de una toxina termoestable, se manifiesta por vómitos y náuseas y se relaciona principalmente con el consumo de arroz o pasta contaminados.