Papa Francisco propone usar dinero usado en armamento y guerras para combatir el hambre

Por: Elizabeth Montoya

2 diciembre, 2023

El papa Francisco, a través de un discurso enviado a la COP28 sobre Cambio Climático, planteó utilizar los fondos destinados a gasto militar y armamento para crear un fondo global que permita erradicar el hambre y luchar contra el cambio climático.

El papa lamentó la cantidad de energías y recursos desperdiciados en armamento y guerras -como la del Oriente Medio, Ucrania y otras regiones del mundo- que están acabando con vidas y arruinando “la casa común”, reiterando que estos conflictos “no resolverán los problemas, ¡sino que los aumentarán!”

Ante todo esto, el sumo pontífice lanzó de nuevo una propuesta: “con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares, constituyamos un Fondo mundial para acabar de una vez con el hambre y llevar a cabo actividades que promuevan el desarrollo sostenible de los países más pobres, para combatir el cambio climático”.

Abogar por una cultura de la vida en lugar de la muerte fue parte del discurso leído en la COP 28, ya que Francisco -quien el próximo 17 de diciembre cumplirá 87 años-, no pudo asistir personalmente a Dubai por recomendación médica, ya que se recupera de una reciente “inflamación pulmonar”.

Sin embargo, esto no mermó su deseo de hacer un llamado de atención sobre la creciente ambición de la humanidad por “producir y poseer” sin importar las consecuencias para el ambiente, recordando que “la devastación de la creación es una ofensa a Dios” y un pecado tanto individual como estructural, que pone en riesgo la propia existencia de la humanidad por prácticas insostenibles, como las que han generado el aumento de gases de efecto invernadero.

No es culpa de los pobres

En este sentido, hizo un llamado urgente a la acción colectiva para abordar la crisis climática e hizo hincapié en que el cambio climático es un problema social global y un peligro que afecta especialmente a los más débiles, generando un conflicto entre generaciones.

“No es culpa de los pobres, porque casi la mitad del mundo, la más pobre, es responsable de apenas el 10% de las emisiones contaminantes, mientras que la distancia entre los pocos acomodados y los muchos desfavorecidos nunca ha sido tan profunda. Ellos son, en realidad, las víctimas de lo que está sucediendo. Pensemos en las poblaciones indígenas, en la deforestación, en el drama del hambre, de la inseguridad hídrica y alimentaria, en los flujos migratorios provocados”, resaltó.

Acelerar la transición ecológica

Frente a esta realidad invitó a que los participantes en la cumbre pensaran en el “bien común” más que en “intereses” de países o empresas y conducirse hacia una “aceleración decisiva” en la transición ecológica, con medidas “eficientes, obligatorias y fácilmente medibles” en cuatro ámbitos: “la eficiencia energética, las fuentes renovables, la eliminación de los combustibles fósiles y la educación a estilos de vida menos dependientes de estos últimos”.

El papa cuestionó las divisiones existentes en las negociaciones internacionales y llamó la atención sobre la necesidad de reconstruir la confianza para fortalecer el multilateralismo. Destacó la responsabilidad de cada nación y la importancia de no ignorar las deudas ecológicas acumuladas.

No obstante, dijo que tampoco es momento para quedarle en el pasado, sino que esta COP28 debe convertirse en un punto de inflexión para que todas las naciones trabajen mancomunadamente hacia un mundo más justo y sostenible, por medio de políticas que respondan a las necesidades actuales y futuras.

“¡Dejemos atrás las divisiones y unamos las fuerzas! Y, con la ayuda de Dios, salgamos de la noche de la guerra y de la devastación ambiental para transformar el futuro común en un amanecer luminoso”, concluyó.