Nariño: 23 años de cárcel para hombre que asesinó a una mujer por ritual de amor y prosperidad
Por: Elizabeth Montoya
30 noviembre, 2023
A 23 años de prisión fue sentenciado Duver Danilo Galeano Loza por el espeluznante asesinato de Lucenith Pantoja, en la vereda La Cruz de Arada, Sandoná, Nariño. El homicidio reveló un oscuro pacto entre Galeano y Oner José Castillo Villota, alias “El Brujo de Sandoná”, quien se comprometió a realizar un ritual de “prosperidad y amor” a cambio del macabro crimen.
El material probatorio y la colaboración de Galeano para esclarecer los hechos fueron fundamentales para la condena. La Fiscalía resaltó que, además de cometer el asesinato, el condenado fue capturado el 11 de febrero en Sandoná, donde se le incautaron tres celulares y la motocicleta utilizada en el crimen.
La condena, dictada por un juez penal del circuito de Pasto, corresponde al delito de homicidio agravado y se logró mediante un preacuerdo entre el responsable y la Fiscalía.
Mientras tanto, Oner Castillo, señalado como el determinador del feminicidio, fue enviado a prisión el 22 de junio, enfrentando cargos de feminicidio agravado y ocultamiento, alteración o destrucción de material probatorio. Aunque se declaró inocente de los cargos, la justicia deberá esclarecer su participación en este escalofriante crimen que conmocionó a la comunidad de Nariño.
¿Cómo fue el pacto mortal con el Brujo de Sandoná?
Oner José Castillo Villota, conocido como El Brujo de Sandoná, fue condenado por la Fiscalía por cambiar sus servicios sobrenaturales por el feminicidio de su excompañera sentimental, de 30 años. Castillo Villota habría encargado el crimen a Galeano, quien además de prosperidad, esperaba “amarrar” a una mujer de la que estaba enamorado.
La Fiscalía logró demostrar que El Brujo de Sandoná había contactado a Galeano Loza para perpetrar el feminicidio, acordando que este lograría enamorar a su prometida si cumplía con el acto criminal.
El brutal suceso fue perpetrado el 16 de noviembre de 2022, cuando Galeano recogió a Pantoja en su motocicleta y la condujo hasta un cañaduzal, donde la atacó con un machete, causándole cinco heridas mortales. Posteriormente, como prueba de haber cumplido con el pacto, le amputó la mano derecha a la víctima. Además, para eliminar cualquier rastro del crimen, quemó la ropa y enterró las pertenencias de la fallecida.