La Fiscalía General ordenó la captura de un profesor en Chiquinquirá, Boyacá, por el presunto delito de actos sexuales abusivos contra dos menores de 12 años en el colegio donde labora.

De acuerdo a la investigación, el imputado, identificado como Segundo Benildo Torres, habría sometido a tocamientos abusivos a las estudiantes aprovechando los espacios de clases, en hechos ocurridos entre febrero y abril de este año.

Ante la gravedad de los hechos probados por la Fiscalía, un juez ordenó la detención preventiva del profesor, quien deberá responder por este abuso sexual que ha conmocionado a la pequeña localidad boyacense.

El docente, quien cuenta con otro antecedente similar hace 7 años, ha negado las acusaciones asegurando que solo se estaba “despidiendo” de las estudiantes. Sin embargo, frente a las pruebas en su contra, deberá enfrentar ahora un proceso penal por este repudiable caso.

¿Cómo lo descubrieron?

Una de las estudiantes del Colegio Santa Teresa -ubicado en la vereda Moyavita de Chiquinquirá-, donde ocurrieron los hechos, señaló que el profesor venía cometiendo estos actos lascivos con ella desde hacía un año. Además reveló que la situación no se limita a su caso, sino que tenía conocimiento de al menos otras dos menores que también habrían sido víctimas de los avances del docente. Sin embargo, estas no se atrevieron a denunciarlo.

El incidente salió a la luz el pasado 17 de abril alrededor de la 1:30 de la tarde, cuando la hermana de la menor afectada fue testigo de una bochornosa situación. La niña, cursando el quinto grado en la misma escuela, ingresó al salón en busca de su hermana y presenció a Torres besándole los senos.

“Me dijo que no le contara nada a mi papá, que él me iba a explicar por qué hacía eso. Yo lo único que hice fue coger de la mano a mi hermana menor y salir corriendo”, relató la niña de 12 años. Al llegar a casa, compartió la perturbadora experiencia con su hermana de 13 años, quien a su vez informó a su padre.

El padre, un albañil de 42 años, declaró: “Cuando me contaron no podía creerlo, pensé en hacer justicia por mis propias manos, pero decidí mejor acudir a las autoridades y espero que ellas actúen cuanto antes”. El preocupado padre asegura estar dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias para que el caso no quede impune.

“Que se haga justicia y lo destituyan. Hay que ponerle remedio a este tipo de cosas a tiempo, no importa que él tome represalias contra mí”, manifestó con determinación.

En contraposición, el profesor Torres negó rotundamente las acusaciones, calificándolas como un malentendido. Afirmó que la menor pudo haber interpretado erróneamente sus acciones y argumentó que simplemente se despedía de su alumna.

“Mi ética me impide llegar a esos extremos, a hacer esas barbaridades. No sé qué cosas observó esa criatura, pero lo que no quiero es estar involucrado en semejante confusión”, defendió Torres, quien también es padre de una menor de unos 12 años.

Torres, con seis años de servicio en el plantel, ha sido el único profesor durante tres de ellos. Además, reveló haber enfrentado un proceso similar hace siete años en otro colegio, del cual salió absuelto tras probar su inocencia.

A pesar de la negativa del docente, la familia de las menores insiste en la veracidad de las acusaciones.