Líderes campesinos del corregimiento El Plateado en Argelia, Cauca, se pronunciaron ante la denuncia de un supuesto secuestro de casi 200 miembros de la Fuerza Pública en esa zona.

Según Manuel España, líder del corregimiento, los uniformados no fueron secuestrados sino que aceptaron la protección de los campesinos voluntariamente mientras eran recogidos.

“No estaban secuestrados, ellos estaban libres, se movilizaban por el pueblo tranquilos. Siempre estuvieron con su armamento y pertenencias, también dialogaron con las guardias campesinas”, afirmó España.

El dirigente enfatizó que los militares y policías no fueron privados de su libertad en ningún momento, contradiciendo la versión oficial sobre un plagio masivo.

España agregó que mientras el Gobierno siga enviando fuerza militar a la zona, se repetirán este tipo de incidentes que afectan a líderes campesinos y pobladores.

De esta forma, desde las comunidades rurales de Argelia se rechaza tajantemente la denuncia sobre un supuesto secuestro masivo de uniformados y se aclara que estos recibieron protección temporal de los campesinos.

Versión de las Fuerzas Militares

La versión entregada por las Fuerzas Militares da cuenta de una supuesta retención de más de 100 solados, que habían sido enviados al lugar para un operativo de seguridad y desminado en la zona, la cual se habría dado en medio de una asonada el pasado sábado 4 de noviembre.

La liberación de los hombres se dio en la tarde de este domingo, luego de que el comandante de las Fuerzas Militares, general Helder Giraldo Bonilla, se desplazara hasta la zona para dirigir desde allí las labores que dieran con el regreso de los uniformados sanos y salvos.

En medio de la liberación de los soldados, en el corregimiento de Huisitó, municipio de El Tambo, también fueron liberadas cuatro mujeres, quienes permanecían secuestradas por la estructura Carlos Patio de las Farc y, al parecer, eran sometidas a explotación sexual.

Las Fuerzas Militares confirmaron que la asonada del pasado sábado, 4 de noviembre, fue instrumentalizada por la estructura Carlos Patiño, del autodenominado Estado Mayor Central de las Farc, que bajo amenazas a la población logró obstaculizar la labor de las autoridades en la zona.