Entraron en vigencia los impuestos a bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados, conocidos como “impuestos saludables”. Esto con el fin de desincentivar el consumo de comidas con exceso de azúcar, sodio y grasas. Pero, ¿cómo saber cuáles productos tienen este nuevo gravamen?

Expertos recomiendan fijarse en el etiquetado nutricional, ya que los artículos tributarán si contienen niveles altos de azúcares, sal o grasas añadidas. En específico, el impuesto aplica a aquellos con sellos frontales de advertencia del Ministerio de Salud.

Estos sellos son octágonos negros ubicados en la parte frontal del empaque. Advierten cuando hay un mayor riesgo para la salud por el alto contenido de estos nutrientes críticos.

Entre los productos que suelen llevar estos sellos están las golosinas, papas fritas, snacks, cereales azucarados, bebidas gaseosas y otras categorías con excesivo sodio, azúcar o grasas saturadas.

Según Guillermo Alfonso Jaramillo, Ministro de Salud, este impuesto es de caracter disuasivo y no recaudativo, es un “impuesto de salud pública”, sostuvo.

Los consumidores podrán identificar más fácilmente aquellos alimentos menos recomendables por su perfil nutricional y optar por alternativas más saludables para la canasta familiar.

¿De qué depende?

Los productos gravados con el impuesto saludable verán un alza en sus precios acorde al contenido de azúcar y sodio, según lo estipulado en la reforma tributaria.

Por ejemplo, un paquete de 7 salchichas que actualmente cuesta $10.300, costará $11.330 este año y $12.360 para 2025. Las galletas, que ahora están en $12.600, ascenderán a $15.120 en 2025.

Tortas y chocolates también se verán impactados. Las tortas pasarán de $4.059 en 2024 a $2.673. Un pote de helado de vainilla de 600 ml subiría de $29.900 a $35.880 en 2025.

En bebidas azucaradas, cada 100 ml con más de 6 gr pero menos de 10 gr de azúcar tendrá un impuesto de $18 en 2023, $28 en 2024 y $38 en 2025. Es decir, una bebida energizante de 355 ml y 10,7 gr de azúcar, que actualmente vale $8.700, costará $8.931 en 2025.

Estos aumentos buscan desincentivar el consumo de productos con excesivo contenido de azúcar, sodio y grasas. Los consumidores deberán adaptarse a nuevos precios o bien, optar por alternativas más saludables para su alimentación.