La Casa Blanca busca evitar que la tecnología local termine beneficiando el poder militar chino. Washington ya realiza fuertes controles comerciales con los que vetó la exportación de ciertas áreas sensibles.

La medida busca impedir que conocimientos e innovaciones tecnológicas desarrolladas en EE.UU. puedan terminar contribuyendo al fortalecimiento y modernización de las Fuerzas Armadas de China, considerado un rival estratégico.

“Estamos implementando nuevas políticas para proteger la seguridad nacional y los intereses de política exterior de Estados Unidos de los riesgos que plantea la inversión en empresas chinas ligadas a tecnologías clave”, anunció la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.

Washington lleva años endureciendo los controles a la exportación de tecnología estadounidense hacia China en áreas como inteligencia artificial, semiconductores, infraestructura 5G, vigilancia y drones, entre muchas otras.

Ahora busca evitar también que firmas chinas accedan a capital e inversión estadounidense para desarrollar capacidades militares que luego puedan ser usadas contra intereses de EE.UU. y sus aliados.