Las disidencias del autodenominado Estado Mayor Central de las FARC (EMC-Farc) han emitido una fuerte amenaza en respuesta a las próximas elecciones, luego de la decisión del Gobierno de poner fin al cese al fuego que se había declarado en varias zonas donde opera esta agrupación armada. Este movimiento se produce después del reclutamiento y asesinato de cuatro indígenas, un acto que ha generado gran conmoción y rechazo en todo el país.

La muerte de los miembros de la etnia Murui en el departamento de Putumayo a manos del frente Carolina Ramírez ha causado un profundo impacto a nivel nacional. En respuesta a este incidente, la Presidencia de la República emitió un comunicado el pasado lunes, anunciando que el cese de hostilidades con el EMC en Meta, Caquetá, Guaviare y Putumayo sería dado por terminado en las próximas 72 horas, lo que implica que “todas las operaciones ofensivas se reactivarán”.

En el comunicado, se catalogó este episodio como “un hecho atroz que cuestiona la voluntad de construir un país en paz”. Sin embargo, se dejó en vigor el pacto de no agresión en otras áreas del territorio nacional, una medida que ha sido rechazada por la disidencia liderada por alias Iván Mordisco. En su declaración, expresaron su negativa a aceptar “rupturas parciales apresuradas ni medidas que pasen por encima de lo ya pactado”.

A través de un panfleto que se ha difundido en redes sociales y en sus áreas de influencia, las disidencias han anunciado que no permitirán el ingreso de partidos políticos tradicionales y dirigentes a sus zonas, alegando que estos “avivan la guerra”.

Además, advierten que tomarán medidas enérgicas contra “actos de corrupción como la compra de votos, entrega de materiales de construcción, la compra de los registradores municipales, maquinaria agrícola, ofrecimiento de puestos o falsas promesas”. Por último, “sugieren” a los candidatos locales que rechacen el respaldo de dichos movimientos o congresistas.

Esta amenaza plantea un desafío adicional para el proceso electoral que se avecina, generando preocupación en el país y destacando la fragilidad del actual escenario de paz. Las autoridades están tomando medidas para garantizar la seguridad durante las elecciones, mientras continúan los esfuerzos por mantener el diálogo y la estabilidad en las zonas afectadas por la violencia. El Gobierno y las fuerzas de seguridad están evaluando estrategias para contrarrestar la amenaza de las disidencias y proteger el proceso democrático en el país.