La relación entre el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el fiscal general, Francisco Barbosa, se encuentra en su peor momento luego de que Barbosa arremetiera contra Petro por afirmar, desde Europa, que él es su jefe por ser el jefe de Estado, lo cual va en contravía con lo establecido en la Constitución.

“Las relaciones con el Presidente están en máximo nivel de deterioro”, dijo el fiscal Barbosa, quien acusó a Petro de poner en riesgo la independencia de poderes y le pidió que se declare dictador si considera que él es su jefe. “Si el presidente de la República cree que es mi jefe, pues entonces que proceda de forma inmediata a declarar una insubsistencia del fiscal general de la Nación y se establezca entonces un golpe de estado judicial en Colombia y entonces se plantea de una vez las caras frente a qué tipo de persona estamos”, puntualizó el fiscal.

Barbosa también señaló que expondrá el caso en la Asociación Iberoamericana de Fiscales que él preside y que espera un pronunciamiento de la justicia colombiana.

La pelea entre el fiscal general y el presidente Petro se originó desde el proyecto de paz total, una iniciativa que Barbosa dijo estar de acuerdo y apoyar. Sin embargo, desde enero, empezaron a producirse algunos fenómenos que derivaron en la firma por parte del presidente de unos decretos solicitando al fiscal que sacara de la cárcel o levantara la suspensión de órdenes de captura con fines de extradición a unos narcotraficantes y líderes del Clan del Golfo y de Los Pachencas, sin ningún sustento jurídico.

La relación entre Petro y Barbosa ha llegado a un punto crítico, y ha generado una gran controversia en Colombia. La sociedad espera que la justicia se pronuncie al respecto y que se puedan restablecer las relaciones entre las dos figuras políticas más importantes del país.