Tanto el Congreso de Estados Unidos como la administración de Joe Biden cuestionaron tajantemente la estrategia de erradicación que quiere implementar el gobierno de Gustavo Petro.

Las críticas surgieron durante una audiencia sobre Brasil adelantada en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos cuando el Republicano James Risch, preguntó al subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols, por qué se había suspendido la erradicación de coca en Colombia durante el mes de enero.

Tras la pregunta, Nichols explicó que “el presidente Petro ha dicho que quiere reevaluar las políticas antinarcóticos de anteriores administraciones y como parte de esa reevaluación quería tener un programa puramente manual de erradicación. Esas discusiones de cómo se haría se mantienen, pero creemos que es muy difícil tener éxito sino no hay presión frente a los cultivos (ilícitos) especialmente antes de que un programa de erradicación voluntaria esté funcionando”.

El cuestionamiento va de la mano con el del Departamento de Estado en donde le recomendó a Colombia mantener un robusto programa de erradicación forzosa de cultivos de coca, expandir la erradicación voluntaria y aumentar las operaciones de interdicción de cocaína y precursores químicos.

“Reducir la producción de cocaína y desmantelar los grupos delictivos organizados es fundamental para lograr la paz duradera en Colombia. La policía y el ejército colombianos han impedido que cientos de toneladas métricas de drogas lleguen a los Estados Unidos anualmente a un gran costo financiero y humano tanto en sus fuerzas como para erradicadores. Para evitar más cultivos de coca, Colombia necesitará mantener una erradicación forzosa robusta, expandir la erradicación voluntaria y aumentar los operativos de interdicción contra la cocaína y precursores”, decía el documento.